jueves, 11 de octubre de 2012

España 2022

Traducción de Espanya 2022


Esta semana el señor Rajoy ha calificado de disparate de dimensiones colosales el hablar de separaciones. Dice que hay quien no se ha enterado de que las fronteras tienen los días contados y que la tendencia es a ser más grandes; que hoy en día se puede ser casi todo, menos pequeños.



Parece que quien no está enterando es él. Está criticando un discurso muy diferente al que están planteando la mayoría de partidos catalanes que proponen la independencia de Cataluña. Para empezar, Artur Mas intenta no mencionarla, ya que lo que propone es un estado propio dentro de la Unión Europea. En la misma línea, el 12 de septiembre (justo un día después de la manifestación) CiU ICV y ERC y BNG hicieron llegar una carta a los diputados del parlamento europeo para pedir su apoyo en un supuesto proceso de independencia. El propio lema de la manifestación dejaba bien claro la vocación europea. Esto no es ser pequeños, señor Rajoy, sencillamente es pedir al interlocución directa, sin pasar por el gobierno español.
De todos modos, vamos a ver hacia dónde va la Unión Europea y a preguntarnos por el papel del estado español dentro de 10 años, en el supuesto de que no se haya roto la Unión, claro. Obviemos, por un momento, todas las reivindicaciones actuales de Cataluña y recorramos lo que pueden ser las grandes líneas que marcan las políticas de los estados actuales:

Economía. Actualmente Rajoy no deja de pedir que se avance en la integración bancaria y fiscal dentro de la Unión Europea. Esto implicará que, cada vez más, las decisiones en estos terrenos no las tomará un gobierno español sino europeo. En cuanto a las políticas económicas, los diferentes rescates van acompañados de condiciones que recortan la soberanía de los gobiernos en estos ámbitos.

Mercado laboral. El otro día leía en algún periódico que era poco sostenible que países rescatados tuvieran unas condiciones laborales más rígidas que los países que los están ayudando. Esto implica que las condiciones impuestas en este sentido van más allá de que se consideren necesarias: se trata de no provocar un rechazo en los países que aportan los recursos. A la larga, la regulación laboral es lógico que se homogeneice si los trabajadores pueden circular libremente.

Seguridad social. La crisis puede aumentar la movilidad geográfica. Mantener diferentes sistemas de prestaciones será provocar también agravios comparativos y, a la larga, supongo que se tenderá a hacer un único sistema de pensiones que recoja las cotizaciones que se hayan ido haciendo en los diferentes países.

Sistema sanitario. La red de grandes hospitales se deberá coordinar mejor si queremos aprovechar recursos. Si es necesario compartir instalaciones que es posible que sean demasiado caras para tenerlas en todos los hospitales, se deberá estudiar la red en su conjunto. Un hospital de Salamanca, ¿se deberá combinar con el de Girona? ¿O quizás mejor con el de Oporto? En cuanto a la red de asistencia primaria, debe ser algo cercano a los ciudadanos. Quizás no tiene mucho sentido organizarlo a nivel de toda España, sino en niveles inferiores, tal como se hace ahora, o incluso a nivel municipal.

Educación y cultura. La educación universitaria ya se ha ido homogeneizando con el plan Bolonia. Supongo que los criterios generales se irán acercando más. En cuanto a la educación primaria y secundaria, así como las especificidades territoriales de las universidades y las políticas culturales, ¿tiene sentido que se hagan a nivel de toda España? Seguramente para el Señor Wert sí. Yo creo que los ámbitos de implantación de diferentes realidades lingüísticas acabarán prevaleciendo.

Infraestructuras y energía. Con el fin de las vacas gordas, las infraestructuras se deberán mirar con lupa y coordinar muy bien, para evitar ineficiencias. Y más aún si hay aportaciones importantes de la Unión Europea. Lo mismo ocurrirá con la energía. El aprovechamiento de recursos se tendrá que planificar a nivel lo más alto posible, mientras que las fuentes de menos potencia, pero más distribuidas (eólica, solar, mareas, etc.) se gestionarán a nivel regional o, quizás también, municipal.

Política exterior, defensa y seguridad. Hoy en día, cualquier movimiento de la Unión Europea para pronunciarse sobre los problemas de relaciones internacionales es muy farragoso. A medida que el gobierno europeo tome fuerza en otros aspectos, en éste también aumentará el margen de maniobra, por una simple cuestión de que necesitará tenerlo si quiere responder a los problemas a tiempo. En lo que respecta al ejercito, algunos países, como Gran Bretaña, lo han empezado a reducir raíz de la crisis. Si es necesario optimizar recursos y, partiendo de la base que no nos atacaremos entre nosotros, tendría bastante sentido un ejército europeo. Sobre todo si realmente se empieza a hacer una política exterior común. En cuanto a la policía, lo más óptimo acabará siendo un cuerpo europeo de investigación (rollo FBI en los Estados Unidos de América) y policía local, seguramente a nivel municipal.

Deportes. Parece que la liga de fútbol corre el peligro de dejar de ser rentable, porque sólo ganan dinero los clubes más grandes. Si queremos concentrar clubes grandes, ¿qué mejor que una liga europea? Eso sí que cohesionaría ... En cuanto a las federaciones, hoy en día ya hay algunas subestatales (Escocia, Gales, etc.). Y no hay más porque algunos estados lo impiden, que si no ... Así, es posible que España no tuviera que seguir unida en este ámbito tampoco.

Monarquía. Este gran activo de la marca España, personalmente, lo cedería a algún país con superávit de elefantes y le encomendaría la misión de regular la población. Pero sin escopeta, a golpes de cadera.

Algunas de las propuestas que he expuesto supondrían tensiones entre los diferentes estados actuales. Por ejemplo, la imposición de condiciones a cambio de un rescate como ya vemos que está pasando. Pero la solución ya está apuntada: elecciones presidenciales directas a nivel europeo. Que todos puedan votar el presidente de la Unión Europea por sufragio universal. Si esto se produce, la legitimación que tendría un gobierno así impulsaría aún más los cambios anteriores. También he ido hablando de municipios. Quizás no serían como ahora, sino una especie de mancomunidades con suficiente masa crítica para mantener los servicios.

Si realmente terminan yendo por ahí los tiros, Señor Rajoy, habrá tenido razón en que el tamaño importa, pero seguramente la escala no será española, sino europea. Ni España ni Cataluña serán independientes, pero en los asuntos más cercanos, como por ejemplo la enseñanza y la cultura, el ámbito español no creo que incluya Cataluña. Yo ya tengo bastante con esta independencia. Y todo esto no tiene por qué implicar rupturas. Podría llegar a ser un proceso gradual, en que las estructuras fueran cayendo por su propio peso, sin traumas ni enfrentamientos. Y canalizando la solidaridad a través del gobierno europeo, tal y como ya se hace ahora entre los diferentes estados.

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