martes, 27 de noviembre de 2012

Consulta popular

Traducción de Consulta popular

Unas elecciones muy extrañas, ¿verdad? Al terminar el recuento no me lo podía creer. Iba creciendo en mi el convencimiento de que CiU no sacaría la mayoría absoluta, sobre todo los últimos días antes de la votación. Incluso tenía la esperanza de que bajaran, pero no me habría atrevido a predecir una pérdida como la de ayer. El resultado fue un regalo para mí. Me confirmó que la sensación que tengo de que la gente está diciendo basta, no es sólo un deseo mío, sino que está convirtiéndose en una realidad.

Es cierto que han ganado las elecciones, a pesar de haber aplicado sus políticas de la mal llamada austeridad. Pero su objetivo era poder liderar un proceso en solitario y se han quedado muy lejos, de hecho mucho más que antes. Y eso no era lo que se adivinaba a finales de septiembre, cuando se convocaron las elecciones. ¿Qué ha pasado? Expertos habrá que lo interpreten, pero bajo mi punto de vista, la ola del 11 de septiembre no llevaba suficiente agua para recorrer dos meses en un mar tan revuelto. No se puede hacer un camino muy largo sólo con la "ilusión" de la independencia, y CiU ha intentado hacer como en las pistas de esquí, que ponen en marcha cañones de nieve cuando les falta la natural. Así ha intentado añadir agua a la ola de la independencia. Ha exprimido la ilusión hasta coquetear con el ridículo con una campaña mesiánica. Ha puesto toda la madera en la caldera de los medios sin ningún tipo de rubor, abriendo con un mensaje institucional que tuvo que retirarse y cerrándola recibiendo a las personas que se habían concentrado para apoyarle durante la jornada de reflexión. Según mi punto de vista, se ha comportado con una prepotencia tan descarada que ha sido contraproducente. Ha hecho ostentación de impunidad.

También se ha encontrado con otras olas. La más grande, la de la huelga del 14 de noviembre. Quizá no tanto como la del 11 de septiembre, pero comparable en todo caso. Y esta les iba en contra, aunque quisieran desviarla hacia el gobierno español, haciendo ver que su nombre no aparecía en la manifestación. Y también, más pequeñas pero más constantes, han sido el goteo de manifestaciones contra cada uno de los recortes: los de la sanidad, las camisetas amarillas para la enseñanza pública de calidad, las protestas contra los desahucios, ... También les han jugado en contra las actuaciones de algunos mossos d'esquadra, que son graves, pero más aún lo es que se justifiquen por parte de sus responsables.

Y se ha añadido la corrupción. Esta última semana ha habido una deplorable intervención de El Mundo, seguida del apoyo de muchos políticos que, lejos de aplicar la presunción de inocencia, los han culpado sin pruebas, siguiendo la máxima de Calumnia que algo queda. Tan burda era la maniobra, que no se sabía si iba contra CiU, o le favorecía, haciéndola víctima de un ataque injusto y dándoles pie a presentarlo como un episodio de guerra sucia de las cloacas del estado. Pero hay que recordar que las cloacas no son las que huelen, sino la mierda que circula por ellas. Si fuera agua de lluvia no nos preocuparía que nos salpicara, ¿verdad? Y es que hay demasiadas preguntas sin respuesta sobre dinero público que ha ido y siguen yendo a parar a manos privadas, mientras las tijeras no paran de recortar servicios básicos. Y hay preguntas que sí se han respondido, como en el caso Millet, pero que no han tenido consecuencias.

Sea como sea, ahora tenemos un nuevo Parlamento. Es mucho más diverso. Hay más sensibilidades representadas. Obligará a todos a parlamentar, que ya va siendo hora. Y está legitimado para casi un 70% de votos. Hay elementos nuevos e importantes. Ha aparecido la CUP, que seguramente ha conseguido que parte de lo que hubiera sido abstención llegue al parlamento para sacudirlo. Ciutadans ha mejorado mucho el resultado. Es evidente que ha recogido muchos votos anti-independentistas, pero ha virado su discurso poniendo más peso en la necesidad de una regeneración de la democracia, y quizá ha contribuido también a que menos gente se quedara en casa sin votar.

Podemos seguir analizando muchos aspectos diferentes y las posibilidades se han ampliado mucho. Pero la pregunta del millón es ¿Con quién? Y lo que me preocupa es que CiU haga una consulta popular: se dirija a los populares y les consulte si le quieren dar apoyo para los recortes. ¿Y cuando pasará? Quizás no hoy, quizás no mañana, pero pronto y para el resto de la legislatura. Sí, sería una consulta impopular, pero ya le han dado la vuelta a situaciones complicadas, desplegando una serie de argumentos y dejando un tiempo para que nos vayamos haciendo a la idea.

Y es que hay una vocecita que me susurra al oído bueno que CiU quería la mayoría para tener margen para pactar un proceso de independencia determinado. Hay voces que dicen que hay que independizarse y luego ya nos pelearemos por los derechos sociales. Pero el proceso de independencia puede hipotecar el país y puede dejar atada una Cataluña independiente al servicio de un modelo neoliberal como el de CiU, con una deuda ilegítima para pagar o con unos acuerdos que nos aten en el futuro, por ejemplo.

Y si fuera así, la pregunta es: ¿CiU prefiere un país independiente que no siga su modelo? ¿O prefiere un estado español en el que, a pesar de tirarse los trastos a la cabeza, ha compartido tantas votaciones con PP y PSOE cuando hacen las políticas que le interesan?

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