martes, 13 de noviembre de 2012

Matices, maticitos, maticísimos

Traducción de Matisos, matisets, matisíssims

Hoy he recibido los dos primeros envíos de propaganda electoral. He empezado abriendo la del Masías. Nuestro Ken autóctono, que logró surfear la ola del once de septiembre sin despeinarse, ha cambiado la tabla de surf por las de la ley. En nuestra tierra no tenemos el Monte Sinaí, pero siempre se puede encontrar alguna colina (pujol en catalán) que sirva de inspiración. Y ahora ya sabe qué camino debe seguir y se le ve con la mirada confiada, oteando el destino de un pueblo, rodeado de banderas y con un camino de sólo cuatro años por delante (que es todo un récord si pensamos en los cuarenta que le costó a Moisés la travesía del desierto). ¿Y de dónde saca la fuerza este humilde instrumento? ¡De la voluntad de un pueblo! Detrás suyo incluso se puede ver el triángulo de una estelada que apunta en la misma dirección que sus ojos. Qué metáfora más bonita para unas elecciones justo un mes antes de Navidad, ¿verdad? ¡También tenemos la estrella que nos guía!

Empiezo a leer la carta. ¡Puedo hacer historia! Está en mis manos, en mi voto, la posibilidad de conseguir un nuevo país. Hay que traducir la ilusión del once de septiembre en votos. Hay que hacer el camino con la fuerza de todos. Con un estado propio ya podremos afrontar el futuro, y hacer realidad el proyecto de país que juntos queremos y defendemos. Un país que superará la crisis, crecerá económicamente y generará puestos de trabajo. Un país con cohesión social y estado del bienestar. El folleto detalla que, con las herramientas de estado dentro del marco de Europa, tendremos más prestaciones para las personas mayores y una educación y una sanidad de más calidad. La alternativa del estado español no lo es en realidad, porque no quiere negociar el pacto fiscal, ni asegura el estado del bienestar (¡qué huevos! Con perdón ..), ni crea puestos de trabajo, ni paga las deudas, ni respeta la lengua. En fin, la propaganda no me sorprende, no dista mucho de lo que esperaba. Me revuelve, sin embargo, que asuma que juntos queremos un único proyecto de país y me indigna que hable de cohesión social.

Vamos a por la segunda. Los tonos naranja del papel me recuerdan a la flecha ascendente-sonriente de CiU. Se trata de esquerra. Veo en el logo del partido que la erre republicana ya no está y que Cataluña queda fuera, un poco por debajo y más pequeña, afirmada con un sí. Supongo que el cambio de logo ya viene de hace tiempo, pero no era consciente. Oriol Junqueras no tiene gente detrás, sino las montañas de un nuevo país para todos. Doy la vuelta al papelito y me encuentro con el color naranja con todo su esplendor. Cuatro puntos rojos resumen el mensaje:
  • Las nuevas elecciones son las más importantes de nuestra historia. Con la independencia seremos un nuevo estado de Europa y saldremos de la crisis.
  • Ahora no tenemos un estado que nos ayude. El estado español lo pagamos, no invierte en Cataluña, ataca nuestra lengua y se nos lleva 16.000 millones de euros al año. Acto seguido habla de los 800.000 parados.
  • La independencia es el único camino para el estado del bienestar, con salud y educación públicas y de calidad, y con trabajo para todos.
  • Si queremos un nuevo estado del bienestar debemos votar independencia, sin perder ningún voto.

Y termina hablando de la ilusión del once de septiembre, de la suma de esfuerzos, de salir de la crisis y de la construcción de un nuevo país.

Ya sé que la propaganda que se envía a casa es un resumen. Ya sé que el modelo social de ERC no es el de CiU. Pero me ha sorprendido que la transición de una propaganda a otra haya sido tan suave. Sí que hay matices. ERC habla de salud y educación públicas y CiU no les pone el adjetivo. ERC dice que sean de calidad y CiU se conforma con que tengan más que la de ahora. ERC menciona la independencia y CiU se queda en las herramientas de estado o, si habla de un estado, siempre le acompaña el adjetivo "propio". Pero ambos le dan un tono épico a las elecciones, hablando de su carácter histórico. Ambos asocian el nuevo país con la salida de la crisis y el estado del bienestar de forma casi milagrosa. Ambos se basan en la ilusión, de la que "también se vive", según el dicho castellana. Para ambos nuestros males vienen sólo del estado español, como si la reforma laboral no la hubiera votado CiU, como si Mas no hubiera prometido hacer una más "moderna" (Dios nos pille confesados) en el programa de Jordi Évole.

El regusto que me ha quedado, es que ERC ha errado las siglas a hacer caer del logo. Hubiera tenido que dejar Catalunya bien grande y poner la esquerra en un segundo plano. Con esta campaña bien se podían haber juntado con CiU, porque me parece que les están dando más votos que otra cosa.

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