lunes, 31 de diciembre de 2012

Supersticiones

Traducción de Supersticions

Corren tiempos difíciles para los supersticiosos. Yo no lo soy porque una vez me dijeron que daba mala suerte, pero sufro por ellos, a punto de empezar el año 2014 - 1 (evitaremos estresarlos más de lo estrictamente necesario). Y es que llueve sobre mojado, porque la globalización, tan alabada y tan vilipendiada a la vez, nos ha hecho compartir los malos agüeros de otras civilizaciones lejanas, tanto en el espacio como en el tiempo. Así, nos hemos pasado el año 2012 pendientes del 21 de diciembre, a la espera de un cataclismo anunciado por los mayas. Parece que al final estaban equivocados, aunque no sé si se puede afirmar de manera taxativa, viendo cómo van las cosas. Y es que ahora parece que los mayas aludían a un cambio de ciclo y, en este sentido, quizás no se equivocaban tanto.

En Cataluña hoy es el día del "home dels nassos", un hombre con tantas narices como días tiene el año. Como cada 31 de diciembre, hacemos balance y examinamos las perspectivas para el año que viene. Todo apunta a que hará honor al número 13 que lleva. El gobierno de Rajoy ya auguró un año muy duro con un primer semestre con más recesión. Esto puede significar, extrapolando las previsiones que han ido haciendo hasta ahora, que la recesión durará todo el año que viene, por lo menos. En un momento como este, cada uno se hace un poco la composición de lugar que más le cuadra para el futuro porque, hoy en día, creo que no se puede predecir. Como mucho, se puede adivinar.

De lo que me ha ido llegando, lo que más me ha convencido son las voces que apuntan a que los mayas tenían razón, que la cultura de la abundancia y el derroche en que hemos estado sumergidos está agotando el crédito de que ha ido tirando, y que lo que tenemos delante es un cambio de sistema, no una crisis más. Por el momento no es una tesis que se exprese desde posiciones oficiales, supongo que es porque debe ser difícil de vender.

Últimamente he recordado las explicaciones que le dieron a un compañero de trabajo en un curso de estos sobre habilidades personales, referente a lo que es buena suerte y lo que es  mala suerte. Se escenificaba a través de un indio de los que destilan la sabiduría a través de sus pocas palabras. Se iban proponiendo diferentes situaciones y el occidental iba diciendo "buena suerte" o "mala suerte", mientras que el indio iba respondiendo "depende". Así, que te toque la lotería es buena suerte, pero si te raptan el hijo para robarte la nueva fortuna recibida, es mala suerte. O no poder hacer un viaje por romperse una pierna es mala suerte, pero si el avión al que ibas a subir se estrella, ha sido buena suerte.

El panorama que se nos presenta creo que nos obligará a prescindir de muchas comodidades que tenemos hoy en día, pero quizás nos hará ver que somos más sus esclavos que sus amos. Tendremos que ahorrar recursos, pero quizás seremos más conscientes de la afortunados que somos al disponer de ellos. No tendremos acceso a las diversiones costosas que tenemos ahora, pero quizás nos daremos cuenta que no las necesitamos realmente. Seguramente peco de optimista, pero creo que, en parte, nos veremos obligados a salir de la rueda de consumo que muchos teníamos claro que nos está comiendo, pero que con la que nos cuesta tanto romper, dado como se ha montado la sociedad estas últimas décadas.

Me gusta pensar que el futuro negro que nos auguran para el 2013, es el túnel que nos lleva a un mundo más auténtico, donde nos preocupemos más por las cosas que realmente son importantes, y dejemos de perder el sueño por banalidades que se nos comen la vida y que nos impiden disfrutarla.

Es por todo esto que me veo capaz de desearos un muy buen 2013, con la esperanza verdadera de que lo será.

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