jueves, 7 de marzo de 2013

Tasas

Traducción de Taxes

Estos gobiernos de hoy en día son unos grandes amantes de las tasas. De la de sanidad ya hace tiempo que se habla. En las escuelas no hay tasas directamente, pero cada vez se invierte menos dinero y la cobertura pública en forma de becas y ayudas es más baja. Pero una tasa que no deja de sorprenderme es la judicial. Seguramente tiene un impacto menor que el copago (o repago) de la sanidad o los recortes en educación, pero su trasfondo me descoloca totalmente.

La tasa sanitaria puede servir de freno al derroche de recursos y hacer consciente a la gente de que el sistema sanitario debe ser usado con responsabilidad. El problema de la tasa sanitaria es que conciencia sólo a los que tienen menos recursos, porque, al ser lineal, el coste para una persona con ingresos elevados es insignificante, mientras que es privativo para una con pocos recursos. Estoy en contra porque es injusta y, aunque comparto el objetivo de que la gente haga un uso responsable de la sanidad, creo que la solución debe ir por la vía educativa y no por la punitiva.

En cambio, los recortes en enseñanza no cuadran ni en el objetivo. Alguien repetirá cursos porque son gratuitos? Haremos comer a un niño dos veces al día porque está becado? Pues, a mi entender, a la tasa judicial le pasa lo mismo. Yo no creo que a nadie le guste meterse en pleitos. Es algo que no se hace por gusto. Así pues, no se trata de evitar el derroche de recursos, sino de hacer desistir a la gente de usar una de las estructuras fundamentales de nuestra sociedad, que nos debe proteger contra los abusos y las injusticias.

Cada vez más, lo que debe ser público se convierte en privado y, por tanto, en rentable. ¿Cuál será la siguiente tasa? ¿Poner una denuncia a la policía? ¿Llamar a los bomberos para que vengan a apagar un incendio? Si ponemos las cuotas bastante altas, las capas más desfavorecidas de la sociedad dejarán de molestar, porque se las podrá robar y no tendrán recursos para denunciarlo, o se les quemará la casa y no podrán pedir que les vengan a apagar el fuego.

Bien mirado las tasas que sí serían útiles son la legislativa y la ejecutiva: que nos hicieran pagar para que el parlamento hiciera leyes y el gobierno las ejecutase. Así, sólo haría falta dejar de pagar estas tasas para que se quedaran sin trabajo y nos dejaran en paz de una vez por todas.

Por cierto, ¿Y la tasa monárquica? Si no pagas no tienes rey ... ¡¡¡Sería total!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario