viernes, 5 de abril de 2013

Conspiraciones

Traducción de Conspiracions

La infanta Cristina ha sido inculpada. Es un duro golpe para una de las instituciones más brillantes, un puntal de la marca España. Y a pesar de la evidencia, sólo oigo a quienes se rasgan las vestiduras y se sienten ultrajados y engañados por los que han sido el faro de nuestra transición modélica. ¿Es que nadie ve lo que está pasando? ¿Nadie se da cuenta de la conspiración que se esconde detrás de todo este escándalo? ¡Las pruebas las tenemos todos delante de nuestras narices!

Para empezar, sólo hay que fijarse en el juez que ha perpetrado este ataque: se llama Castro. Es de una claridad meridiana que se trata de un pariente (supongo que lejano, claro) del famoso dirigente comunista cubano, uno de los últimos bastiones de esta lacra que arrasó el siglo XX. Seguro que más de uno saldrá con que se trata de un apellido muy común. Ya se sabe, quien se quiere engañar no para hasta conseguirlo.

Evidentemente, esto no es todo. Una institución como ésta no se puede dinamitar sólo en pocos meses. El golpe está preparado desde hace ya muchos años. Iñaki Urdangarín es muy alto. Con esta característica, el deporte que le debería ser más afín es el baloncesto. ¿Cómo es que no lo escogió? Porque esta prueba hubiera sido determinante: muchos de los mejores jugadores de baloncesto procedían de las antiguas repúblicas socialistas, así que lo derivaron hacia el balonmano para no despertar sospechas, y facilitarle el acceso a la casa real. De todos modos, no todos se dejaron engañar tan fácilmente: los linces del ABC se han dado cuenta, como demuestra este artículo de hoy, donde aseguran que la infanta se enamoró de un sano jugador de baloncesto.

Más adelante, cuando decide empezar con las actividades destinadas a desacreditar la corona, escoge un nombre que todo el mundo relacionará con la monarquía: Instituto Nóos, una clara referencia al plural mayestático (añadiendo una o acentuada, para que no fuera tan evidente). ¿Y a quien elige como socio? Al señor Torres, que lleva nombre de unas de las piezas claves del juego de juegos de estrategia: el ajedrez. ¿Tampoco lo veis? En la jerarquía del juego, las torres van detrás del rey y la reina, al igual que este individuo les ha ido detrás a los monarcas.

¿Y la casa real no ha hecho nada para defenderse? ¡Claro que sí! Sin ir más lejos, el propio monarca intentó obtener las simpatías de Obama: se fue a Botsuana a matar elefantes, que son el símbolo de los republicanos. El propio viaje puede interpretarse fácilmente como un intento de emular el comportamiento del símbolo de los demócratas. Desgraciadamente, no triunfó en la operación.

¿Y cuál es el motivo de que la monarquía agredida sea ésta y no otra? El problema es que los soviets son muy vengativos y no soportan la primera sílaba del nombre del palacio donde residen los reyes. Es por ello que siempre la han considerado como el último refugio del orden y los valores que aborrecen.

Ante este cúmulo de evidencias, sólo queda cerrar filas y proteger esta institución milenaria que, aunque no tenga mil años, a muchos nos lo parece. Y la mejor manera de protegerlos de los ataques es enviarlos lejos, donde todas estas conspiraciones no puedan seguir haciéndoles daño. Que no se preocupen por nosotros: estoy seguro de que conseguiremos salir adelante.

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