jueves, 1 de agosto de 2013

Las bondades de lo privado

Traducción de Privatitza que fa fort

¿Sabíais que lo privado es eficiente? Esto es lo que nos repiten cada dos por tres para justificar que los servicios públicos son un pozo que se come todos los recursos. Ahora mirad la foto, se trata de dos concentradores de fibra óptica.

Hasta antes de ayer, en esta pared sólo había el concentrador de Telefónica, pero ahora tiene al lado uno de Jazztel. Ambos pueden dar servicio a los mismos cuatro pisos, de los cuales de momento sólo uno ha contratado el servicio de fibra óptica.

¿Qué hemos ganado? Ahora los vecinos nos hemos librado del monopolio de Telefónica: podremos negociar mucho más favorablemente con cualquiera de las dos compañías para obtener unos precios ventajosos. Son los beneficios del libre mercado. Para ir bien, deberían aparecer también los de Orange y los de Ono y el resto de compañías que pueda haber. De esta manera nuestra libertad de elección como clientes sería totalmente democrática.

Eso sí: como es muy poco probable que un mismo piso contrate dos compañías diferentes de fibra óptica, con la instalación actual siempre habrá cuatro entradas vacías, como mínimo. A medida que otros operadores vayan dejando su huella, iremos teniendo más chapuzas en la pared, totalmente inútiles. Pero la chapuza en sí es lo de menos. Para que esté operativo, ha de llegar un cable, que evidentemente no será compartido entre las diferentes compañías. Alguien se gastará su dinerito en hacer todo este despliegue para captar clientes, pero no hay que preocuparse: se trata de compañías privadas, no es dinero público que tengamos que poner entre todos.

¿O quizás sí? ¿Todo el mundo puede montarse una compañía de telecomunicaciones? ¿O son sólo empresas grandes, con el apoyo de grupos financieros importantes, las que se lo pueden permitir? ¿Cuánto tardarán en sacar una ley para que se supriman las antiguas líneas, y todos tengamos que ir a parar a la fibra óptica si queremos tener conexión a internet? ¿O tal vez tener un teléfono, incluso? Es un libre mercado más mercado que libre, creo yo.

Y el punto principal está en si consideramos las telecomunicaciones como un bien necesario o, por el contrario, como un artículo prescindible. Tendremos que pensar que es un bien público si creemos que es necesario que la gente esté conectada (y así lo demostraban los diferentes gobiernos al subvencionar compras de ordenadores para que más hogares se conectaran).

Y es que, además del tema financiero, la multiplicación de instalaciones es un despropósito desde el punto de vista de aprovechamiento de los recursos. Además, esta multiplicidad seguramente se produce en ciudades, dejando de lado los lugares más recónditos, que no salen a cuenta a las compañías, por la baja concentración de clientes potenciales. Se ha roto la lógica que seguían las instalaciones telefónicas hasta ahora, en las que la línea se mantenía de forma unificada, y es que este sistema sólo tenía sentido si esta compañía era neutra y, por tanto, pública.

Ahora están empezando a privatizar el agua. ¿Haremos planes hidrológicos multicompanyia? Estaría bien que fueran comprando porciones de los caudales de los ríos y que se construyeran redes de distribución diferenciadas. Dentro de un mismo edificio a cada piso llegarían tres o cuatro acometidas, y podríamos escoger cada mes cambiarnos a la compañía más barata, simplemente reconectando una manguera general.

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