sábado, 21 de septiembre de 2013

Bondad a la fuerza

Traducción de Bondat a la força

Estos días, a raíz del debate sobre el derecho a decidir, he visto comentarios del estilo de que los referendos son peligrosos. Algunas de las posibilidades citadas eran que se decidiera no pagar impuestos, o que se aprobara la pena de muerte. Otras voces alertaban del peligro de marginar minorías por parte de la mayoría. Supongo que dentro de este saco también irían los casos en los que sube al poder, en unas elecciones democráticas, un partido que quiere abolir la democracia.

Antes de continuar, quiero aclarar explícitamente que estoy en contra de todos estos supuestos, que no quiero que se hagan realidad. Una vez posicionado, sí quiero remarcar que impedir que sea el pueblo quien decide no resuelve el problema, como mucho el aplaza. Si la mayoría no quiere pagar impuestos, lo que está pasando es que no se les encuentra sentido. Si se teme un resultado que instaure la pena de muerte, quiere decir que la mayoría piensa que la violencia del estado es lícita más allá de la defensa, hasta la venganza  Si se trata de una mayoría que carga contra una minoría, habría que ver el porqué de esta animadversión. Es muy probable que haya un problema de desconocimiento mutuo o, incluso, de desinformación, que puede haber sido provocada de forma interesada, con fines poco loables. Finalmente, una democracia en la que se escoge un partido que pretende abolirla es que realmente no funciona . O, como mínimo, así es como lo debe vivir la mayoría de la población. Si todos estos problemas los enterramos, estamos sentados sobre un barril de pólvora que nos puede estallar en cualquier momento.

En todos estos casos se puede decidir vetar la participación del pueblo en las decisiones. El problema seguirá allí, pudriéndose y generando rencores, ya que la decisión se habrá acatado, pero no entendido. Se habrán curado los síntomas, pero no la enfermedad. Detrás de las críticas a consultar las decisiones al pueblo de forma indiscriminada hay a menudo la percepción de que la gente actúa mirando únicamente por su interés y que esto motiva sus opciones. Como en el resto de casos, tenemos un problema y, seguramente, viene dado porque todo en la sociedad de hoy en día se basa en equilibrios de fuerzas que tiran hacia lados diferentes. En estas condiciones, si no se puede dejar decidir al pueblo porque lo haría mal, no tiene sentido la democracia. Es posible que parte de la población realmente sólo mire por su propio beneficio, pero yo creo que no es tanta como se piensan algunos. Lo que hace falta es trabajar para que todos asuman que el bien de los demás es también el propio.

Finalmente, hay que valorar si una sociedad que se rige por criterios de bondad y solidaridad porque no le han dejado escoger otra cosa, es realmente una sociedad buena y solidaria. Personalmente, creo que la "bondad a la fuerza" , al igual que la "solidaridad a la fuerza" no lo son realmente, aunque lo parezcan.

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