domingo, 22 de julio de 2012

Independencia por privatización

Traducción de Independència per privatització

He leído la entrada que publicó el viernes 20 de julio por la noche un gurú de economía y política con el que me gusta intercambiar opiniones mientras como o tomo un café en el trabajo. En su blog habla de las posibilidades que se abren ante nosotros a corto plazo, dado el caso de que se produzca un desembarco de hombres de negro (pobres si les toca este verano en Barcelona), ya sean mesetarios o centroeuropeos.

El hecho de que se refiriera a la Generalitat de Cataluña SA, me ha hecho recordar que, cuando leí la noticia de la posible privatización de los aeropuertos provocada por las "cómodas líneas de crédito" que nos ha conseguido el Señor de los hilillos, se me ocurrió que, como mínimo, si el aeropuerto de Barcelona era privado, podríamos tener muchos vuelos internacionales directos, que seguro serían rentables.

Y todo esto nos lleva a que, si la intervención de España se pone bastante dura, el Gobierno puede verse abocado a la venta de Cataluña, a privatizar la Generalitat. Entonces podríamos hacer un fondo común y nos la compramos para nosotros, pero así rollo a la catalana, que juntamos lo que cueste todo y paga cada uno lo que le toca. Y montamos Cataluña S.A.

Eso sí que sería realmente una independencia a la catalana, en el más puro estilo de los chistes de Eugenio:

El saben aquel que va un catalán y le dice a un español:
- Pues mire, ¿sabe que me independizaría de aquel estado de allí?
- Oiga, ¡Qué yo soy de ese estado! ¿Eh?
- No, no pero pagando, ¿eh? ¡Pagando!

viernes, 20 de julio de 2012

¿Y si no hubiera dinero?

Traducción de I si no hi haguessin diners?

En este caso, cuando digo dinero me refiero al que es en metálico. Imaginemos qué pasaría si todos tuviéramos un saldo de efectivo, aparte de lo que pudiéramos haber depositado en los bancos, pero no en billetes o monedas, sino apuntado en un registro centralizado. Imaginemos también que hubiera dispositivos que permitieran hacer traspasos de efectivo de una persona a otra, aunque nos encontráramos en un lugar remoto. Imaginemos, por último, que esta información fuera accesible a todos.

Una tontería, ¿verdad? Pero fijaos: hoy en día la propiedad de todos los terrenos, viviendas y demás está inscrita en un registro que puede consultar cualquiera (aunque hay que pagar). Con algo más de dificultad, se puede seguir la pista de la propiedad de los vehículos a motor, ya sean aviones, barcos, camiones, coches, motos, etc. Podemos decir que todos los bienes de cierta entidad están censados. En cambio, el bien más preciado de nuestra sociedad, lo tenemos totalmente descontrolado, permitiendo que se hagan todas las transacciones que se quiera empleando monedas y billetes, totalmente anónimas, y escapando al control de los estados y del resto de ciudadanos.

A partir de aquí ensayamos qué pasaría si estuviera también censado el dinero que tiene cada uno. Si esta información sólo fuera accesible a las autoridades, entraríamos seguramente en unos estados policiales que fiscalizarían totalmente lo que hacemos, quedando impunes ante el resto de ciudadanos. Pero si todo el mundo pudiera consultar el dinero de que dispone cualquier persona, y pudiera saber de dónde ha venido y a dónde va a parar, probablemente seríamos todos más cuidadosos con el uso que damos. Especialmente la gente que tuviera más, claro, porque serían el objetivo de la mayoría de las investigaciones.

Una posible objeción es que si todo el mundo pudiera saber el dinero que tienen el resto, entonces quienes tuvieran mucho serían un blanco perfecto para un secuestro. Pero ahora ya se ve más o menos quién lo tiene. Y los secuestros, ¿para qué servirían, si después se podría seguir la pista del dinero pagado? También podemos decir que perderíamos intimidad. Está claro que sí, pero entonces quizás tenderíamos a hacer las cosas que nos vemos capaces de justificar, quizás reflexionaríamos más lo que hacemos.

Sería importante que todo el dinero tuviera nombre y apellidos. Si es de una empresa, esa empresa tiene uno o varios propietarios, ya sean nominales o mediante acciones. Así, el capital de la empresa se debería considerar de unos u otros, de forma proporcional a la participación de cada uno. De esta manera, no quedarían dinero descontrolados, "en tierra de nadie", todos tendrían un responsable.

Esto nos llevaría a tener un total de dinero existente, que irían cambiando de manos como contrapartida de los bienes o servicios que se fuera intercambiando la gente. Pongamos por caso que interesara que hubiera más dinero en circulación, por un incremento de los bienes disponibles, por ejemplo. El dinero recién creado los deberíamos apuntar a alguien, porque no existiría el dinero anónimos o perteneciente al estado. Así, se podría acordar una subida lineal del saldo de todos (los redondeos positivos para mí, por favor). O quizás un incremento variable en función de las necesidades de determinados sectores. También se podría decidir multiplicar todo el dinero existentes por 10, para evitar fracciones demasiado pequeñas. En todo caso, el criterio aplicado podría ser discutible o controvertido, pero todo el mundo lo tendría claro. Hoy en día, se genera dinero "fantasma" que hace bailar a todo el mundo a su son y cuesta tener claro cómo se está creando.

Como he dicho al principio, quizás es una tontería. Técnicamente está claro que es un reto importante. Más aún teniendo en cuenta que sólo tendría sentido a nivel global o en economías cerradas, de forma que se consiguiera que no hubiera transacciones en "negro". Habría el peligro de que otros bienes no censados ​​se convirtieran en moneda "de facto". Pero lo que no se puede consentir es que el motor que nos mueve a todos esté en manos de unos "mercados" que escapan al control de todos, que controlan a todo el mundo.